lunes, 7 de julio de 2014

A la FIFA! (parte 1)


Bueno, esto se tiene que acabar. No por nada sentí tantas ganas de postear en Facebook sobre el tema, y tampoco por nada estoy volviendo a escribir acá, después de dos años (!). El mundial de fútbol (o como quiere FIFA que lo llamemos, la Copa Mundial de la FIFA) es una de las cosas que más me gusta en este mundo, y que esa frase salga de mi boca (el hecho que algo me guste mucho) es casi milagroso. Ahora, para bien o para mal, tengo la manía de empezar a encontrar cómo mejorar las cosas que me gustan para hacerlas mejores. Después de un par de intentos fallidos, esta premisa descarta a las personas, que prácticamente no tienen arreglo (y en realidad esto no es malo, si todos tenemos nuestras pifias que sazonan la existencia). Eso deja todo lo demás a mi merced, y esto será lo que van a presenciar ahora: un intento más para mejorar algo que yo recibo, y dejarlo mejor para quienes lo recibirán en el futuro.

Este mundial está siendo uno de los mejores que he tenido la suerte de ver. Si bien la muestra no es tan grande, ya que Estados Unidos '94 es el primer mundial del que tengo recuerdos, probablemente este ha sido el mejor. He sido afortunado porque he podido ver casi todos los partidos, algo que religiosamente persigo cada cuatro años, pudiendo ver jugar a equipos como Algeria, Bélgica y Costa Rica, de los cuales se escucha muy poco el resto del tiempo. Además, y en una breve tangente, pude ser testigo del desempeño de la mejor selección chilena de la historia (en mi humilde opinión) que lamentablemente llegó a la misma fase que las últimas selecciones en otros mundiales. Pero no importa, esto es el comienzo de algo más grande. Esperemos. El lugar en la historia está esperando, sólo hay que ganar la Copa América en un año más, que además es en nuestro país. (Tangente a la tangente: si quiere leer cómo se puede arreglar la aun más perfectible Copa América, haga click aquí, y siga leyendo las otras partes).

Ahora, a pesar de todo lo bueno, también hay cosas que preocupan. Parafraseando al Puma Rodríguez, la FIFA tiene que empezar a escuchar la voz del pueblo. No me parece imposible un escenario donde Sepp Blatter haga tan mal la pega que la gente empiece a sintonizar otra cosa. Ya se acabó el tiempo donde las cosas públicas se apreciaban en cuanto a resultados, siendo ciegos al proceso. Parte de la población de Brasil efectivamente puso varios temas sobre la mesa con sus manifestaciones, y el mismo hecho de ver el mundial invita a la discusión de otros temas que son muy obvios, y que tienen repercusiones tanto dentro como fuera de la cancha. Si bien no puedo arreglar todo el mundial con una sola publicación (y si en realidad lo quisiera hacer, no lo publicaría todo acá, para que cualquiera pueda robar mi idea), quiero concentrarme en algunos aspectos. En esta primera parte hablaré sólo del ordenamiento de los equipos de la segunda ronda en adelante. Creo que un pequeño arreglo a las llaves puede llegar muy lejos en cuanto a transparencia y puede ayudar a eliminar la obvia relación que todos hacemos con favoritismos hacia los equipos históricamente buenos, o hacia el organizador de la copa.

Lo más importante que hay que destacar aquí es que no hay absolutamente ninguna necesidad de fijar las llaves antes de tiempo, con los ganadores de ciertos grupos jugando con los segundos de otros grupos ya determinados. A menos que quieras que todos piensen que la cosa está arreglada, claro está. Una extremadamente simple forma (que no quita la existencia de otras, que ojalá nos sentemos a discutir) de eliminar cualquier mal olor en cuanto a la clasificación desde la segunda ronda en adelante es ordenar a los equipos del 1 al 16 en cuanto a su desempeño en la fase de grupos, y parear a los mejores contra los peores, como premio al esfuerzo. Como ya dije, esto elimina cualquier favoritismo previo, y se concentra en el rendimiento de cada equipo en la misma copa del mundo, sin tener que recurrir a rankings previos (los cuales también tienen tantas cosas perfectibles... pero ya llegaremos a ello). 

Para esta copa del mundo, los equipos quedaron ordenados así, de acuerdo a su rendimiento en la fase de grupos:

#
País
PJ
G
E
P
GF
GC
DIF
PTS
1
Holanda
3
3
0
0
10
3
7
9
2
Colombia
3
3
0
0
9
2
7
9
3
Argentina
3
3
0
0
6
3
3
9
4
Bélgica
3
3
0
0
4
1
3
9
5
Francia
3
2
1
0
8
2
6
7
6
Brasil
3
2
1
0
7
2
5
7
7
Alemania
3
2
1
0
7
2
5
7
8
México
3
2
1
0
4
1
3
7
9
Costa Rica
3
2
1
0
4
1
3
7
10
Chile
3
2
0
1
5
3
2
6
11
Suiza
3
2
0
1
7
6
1
6
12
Uruguay
3
2
0
1
4
4
0
6
13
Argelia
3
1
1
1
6
5
1
4
14
Nigeria
3
1
1
1
3
3
0
4
15
Estados Unidos
3
1
1
1
4
4
0
4
16
Grecia
3
1
1
1
2
4
-2
4

Si vamos a darle ventajas a alguien, debería ser a quien se desempeña mejor en la fase de grupos, sin importar el ranking previo ni la localía. Claro, después de ver esta tabla se puede alegar que Argentina la tuvo mucho más fácil en la fase previa que, por ejemplo, Estados Unidos o el mismo Chile. Pero hay que empezar a arreglar el asunto por alguna parte, y si bien pretendo eventualmente llegar a los grupos, por ahora concentrémonos en arreglar parte por parte. Comenzando la simulación, tenemos entonces que Holanda tiene un partido muy fácil contra Grecia, y la lógica es idéntica para todos los otros equipos, con los mejores que van quedando pareados con los peores que van quedando. Así, los pareos son 1-16, 2-15, 3-14, 4-13, 5-12, 6-11, 7-10 y finalmente 8-9.

Estos pareos también deberían determinar el resto de la copa, por lo que el desempeño en la fase de grupos al final se convierte en lo más importante para asegurar un camino más fácil a la final. Así, las llaves para este mundial (cortesía de challonge.com, que me ahorró la pega de hacer los cuadros y de preocuparme de la estética) hubiesen quedado de esta forma, con la misma lógica del mejor enfrentando al peor:

Por supuesto que los gringos tienen un "hacedor de llaves para campeonatos". Lo raro sería que no existiera.

Un problema que aparece inmediatamente es la potencial repetición de partidos que ya ocurrieron en la fase de grupos. Acá se da el caso con Bélgica-Argelia y Argentina-Nigeria. Podría ser complicado desde el punto de vista del espectáculo, ya que la copa del mundo sólo consiste de 64 partidos, y repetir un par no parece tan atractivo, a menos que sea entre rivales que aseguren un gran partido, cosa que con estos dos no pasaría. Si bien preferiría que rivales de la fase de grupos no se encontraran de inmediato en la fase que sigue, tampoco es un problema tan terrible. Después de todo, prefiero la transparencia a un millón de otras cosas. Si fuiste el tercero mejor en la fase de grupos, te toca con el tercero peor. Fin. En una de esas el peor se inspira y juega a un mejor nivel que en la fase anterior. Quién sabe. 

Otro problema es que este ordenamiento puede determinar enfrentamientos emocionantes en fases anteriores a las esperadas. Siendo humilde, el mejor pareo de octavos es el de Alemania-Chile (considerando los actuales niveles de cada selección, no la historia). Y si seguimos jugando con esta simulación, digamos que quienes pasan a la siguiente fase y se enfrentan en cuartos, son, en el orden correspondiente: Holanda-México, Bélgica-Francia, Colombia-Alemania (Chile hubiese perdido 3-2 en penales con Pinilla, Sánchez y Jara fallando sus lanzamientos... se me ocurre) y Argentina-Brasil. Aquí probablemente sería quemado vivo, ya que el último pareo en cuartos de final es casi un crimen. Pero, nuevamente, si quieres llegar a la final por un camino fácil, rómpela en la fase de grupos. Así de sencillo. Que te regalen el camino hasta semifinales, como pasó con Argentina en este mundial, es injusto con 31 otros países y con cientos de millones de espectadores. Nadie debería tener su lugar determinado con anticipación.

Holanda-Francia es una muy buena semifinal, al igual que Alemania-Brasil (Argentina habría anotado gracias a un gol de Messi al minuto 80', pero un penal dudoso contra el (alerta de sarcasmo) súper suplente Jo, que Hulk cobra dramáticamente, sentencia el alargue. Aquí, otro gol de rodilla de Thiago Silva (quien tiene un aire a Álvaro Salas, a todo esto) los manda a la semifinal). Y como pueden ver, tres de los cuatro equipos que en realidad están en las semifinales, llegan también en la simulación, y el segundo pareo se jugará mañana mismo. Si al final del día estas propuestas de modificaciones no tienen como fin favorecer ni a mi equipo, ni pretender que otro equipo con menos talento gane la copa, sino simplemente sacar el olor a arreglo y extinguir de una vez por todas las muy válidas acusaciones por parte de prácticamente todo el mundo en contra de la FIFA, yendo parte por parte. Si al final la mejor selección ganará de todas formas, ¿por qué no hacerlo en una llave transparente, justa, y que elimina potenciales problemas (como, siendo un poco majadero, el pase libre de Argentina hasta la semifinal)?

Los países sudamericanos serán parte de la mejor confederación de fútbol hoy en día (al menos en calidad per capita, si se quiere), pero por su rendimiento en la copa no merecen ganar nada, así que una final ideal sería Holanda-Alemania. A pesar de que esta última selección siempre ha tenido y tendrá un lugar en mi corazón (¡excepto en la Euro '96, cuando quería que ganara la República Checa!), deseo esta vez que gane Holanda, tanto en la simulación como en la realidad. Ya es hora de que la Naranja deje de ser la Universidad Católica de las selecciones nacionales y levante el título que quizá debieron de haber ganado hace cuatro años.

Ahora sólo queda sintonizar y disfrutar los cuatro partidos que quedan (pensar eso ya me tiene triste). La segunda parte vendrá después del fin del mundial, y si bien no la tengo planeada, supongo que se centrará en el sorteo y en la clasificación en general, cosas que también necesitan una buena manito de gato. Si una parte resulta muy larga, hablaré de las dos cosas en dos partes. Otra parte adicional también está pensada, que trataría de un análisis de ediciones mundialeras anteriores y la justificación a la siguiente afirmación: los mundiales antes de 1970, aproximadamente (más o menos con el cambio de trofeo de la Jules Rimet a la copa actual, que ocurrió en 1974) no deberían pesar lo mismo que las victorias contemporáneas. Hay un antes y un después de esos tiempos. Interesante, ¿no?

Hasta la próxima.

PS: Hoy se cumplen doce años de cuando mi padre falleció. Donde estés, siéntate a tomar una cerveza mientras ves la final. Así seremos dos.

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