domingo, 23 de septiembre de 2007

El arte de escupir.

Hola a todos, espero que hayan pasado un excelente 18. Como pueden ver, no habrá 18 chico ni nada de eso (por lo menos acá en el blog). Mi celebración estuvo a la altura de lo esperado, ni excelente ni malo, sí diferente. Comí harto, tomé algo, y como siempre, me faltó bailar la cueca (no hay con quién bailar!). Eso es todo.

Ahora los reúno para que hablemos de esa tan especial costumbre del ser humano, que es escupir. No sé si será algo geográfico/cultural, ya que no he estado en muchos países, pero encuentro que el chileno promedio escupe bastante, más aun para ser algo que (yo encuentro) no es natural. Analicémoslo: ¿qué es juntar saliva (haciendo un esfuerzo, manejando el aire dentro de nuestra boca), canalizarla con la lengua, y luego dejarla caer (en cualquier parte que no sea nuestro suelo, claro está) sino algo totalmente mecánico y que sólo el arte de la mímesis puede lograr? No puedo imaginarme el escupir así como respirar, nadie se ha muerto por no escupir. O sea, no es necesario: las glándulas secretan lo suficiente para que la boca haga su pega sin necesidad de botar nada. Y gracias a las innumerables oportunidades donde abrimos la boca para hacer las innumerables (y a veces innombrables) cosas que hacemos, la gastamos o la tragamos junto con la comida (u otras tantas cosas ¿no?), por tanto, nunca (de acuerdo a mi juicio) hay demasiada para llegar a realizar la mecánica del gargajo y/o escupitajo. Entonces, sigo sin entender la aparente necesidad biológica de escupir, que el chileno promedio me demuestra día a día.

Ustedes me dirán: "Pero Jorge, ¿por qué escribes de estas cosas?" Yo les digo, o mejor dicho, les sigo diciendo: Es cosa de salir un día a la calle. Si caminamos una media hora, es fácil contar mínimo a dos personas que han escupido sin razón aparente. Eso sí, dejemos una cosa en claro. Hay ocasiones en la que escupir podría (sí, sólo podría) ser aceptado socialmente. Yo, por ejemplo, escupo cuando juego a la pelota. No me pregunten por qué, pero cuando me encuentro con un exceso de saliva (cosa rara en alguien con la boca seca, supongo), escupo. [Cuando juego basketball jamás escupo, porque eso podría hasta matarme si piso el lugar donde escupí de alguna manera rara (asumiendo que la cancha es de esas penquitas, o bien, de parquet).] Además escupo cuando estoy muy congestionado y escupir es la única salida para sentirme mejor en ese momento. Si bien la solución es bastante cortoplacista, hay momentos donde se hace necesaria. Eso sería todo, en lo que respecta a mí. Además, escupir es algo completamente arbitrario, ya que no aparece en cualquier parte. Obviamente nadie escupe en una fiesta de gala, o en algún magno evento, como en su primera comunión, o en su casamiento. De hecho, es un acto totalmente contraproducente si ocurre en dichos eventos. También lo podemos ver en ciertos espectáculos deportivos, donde algunos jugadores, en la bronca del momento, realizan la mecánica para denostar a su rival. Ahora, me pregunto ¿alguien le dijo a la persona que tiraba un escupo que eso era realmente humillante para el rival? Porque quien termina enjuiciado socialmente es quien causó la agresión, no el agredido.

En fin, hay tantas otras situaciones donde la gente escupe, que realmente me hace pensar que parece una necesidad biológica. En cuanto a mi opinión, creo que escupir es una acción algo tonta y para nada digna de imitar, sin embargo, es producto de lo mismo, porque natural no es. En consecuencia, si votara en mi súper encuesta (podría empezar a hacerlo, debido a la baja cantidad de votantes), lo haría por la opción d)

Bueno chicos y chicas, sería todo por esta oportunidad, cuídensen y nada po, nos veremos por ahí. Chau.

lunes, 17 de septiembre de 2007

¡Este 18 caramba, olvidémonos de la mala onda... porque el blog sin nombre nos invita a disfrutar de una buena fonda (entre otras cosas)!

¡Hola a todos! Espero que estén bien y listos para pasar un buen 18. Sólo paso para dejar un saludo a mis lectores, que ojalá la pasen bien esta fecha. Cuídense de manejar curados y cuídense de quienes manejan curados. Coman harto y tomen harto. Bailen cueca, eleven volantines (...), que nos lleve hasta el fin. Vayan a una fonda y coman anticuchos de gato (cuchos), total igual son ricos. Yo espero hacerlo...
En fin, descansen harto y a prepararse para la segunda parte del semestre, que ya es cuesta abajo =)
Me retiro a dormir, mañana (más rato ya) me espera un día glotón y ojalá, bueno.

Hasta pronto.

PD: Me dijeron que el Migo es re weno para la gente que queda mal después de esta fecha... si te sientes mal, ¡¡refriégate con migo!! (Grande Lalo Vilches)
PD2: Bien penca la rima del comienzo. Pero es lo que hay. Por algo no hago payas en la vida.

lunes, 3 de septiembre de 2007

El sueldo ético (más conocido como Mi visión del tema en la encuesta de esta semana).

Hola. Espero hacerla más bien breve, ya que este tema no es un tema en sí, sino más que nada la posición desde donde hablo yo con respecto al "sueldo ético", concepto tan comentado estos días en todas partes. Además (como rápidamente se está convirtiendo en tradición) lo hago para levantar un poco la encuesta, ya que por sí sola no va a llegar muy lejos. Espero que quienes estén realmente pensando en leer esto voten primero, ya que no es mi deseo sesgar la encuesta con mi opinión. No es la idea que eso ocurra. En fin.

Como ya saben algunos (los fieles al blog), mi posición frente a la Iglesia Católica no es la mejor, en cuanto institución. No tengo problema alguno con el de arriba, pero me está empezando a molestar la actitud de los representantes de Dios en la Tierra (entre comillas (era más fácil ponerlas)). Como leyeron ya, postulé que debían ser dejados de lado en cuanto actor de veto, ya que no ofrecen soluciones empíricas a un país que las necesita.

En el caso que nos convoca, tenemos al sueldo ético, un par de palabras que ha agarrado a todos de las bolas mientras (en un mismo gran movimiento) vuelve a posicionar a la Iglesia como alguien muy (pero MUY) relevante en la agenda social. Esto es una win-win situation para la Iglesia, ya que sin hacer ningún estudio muy a fondo (que podría determinar cuánto dinero corresponde a un salario ético, o bien hacer una escala de sueldos impíos, sueldos míseros, sueldos misericordiosos, sueldos éticos, y sueldos divinos, total, las palabras están, sólo hay que transformarlas en adjetivos, ¿verdad?) logró dejar a todo el mundo como culpable de no otorgar sueldos buenos. La lógica es buena, de hecho, por lo mismo se ha armado el escándalo que se ha armado. Pero pensemos un poco: ¿por qué lo que dice la Iglesia es tan válido? Es obvio que todos queremos que los que ganan menos ganen más. Yo llego a esta conclusión simplemente por el hecho que, como todavía no le gano a nadie, cuando lo haga (si es que), no desearía hacerlo ganando un sueldo bajo. Aunque también pienso que si fuera dueño de un almacén, pueda yo ganar algo de plata también, y no tener que darle medio millón de pesos a mis empleados todos los meses mientras para mí alcanzan trescientas.

Creo que es válido establecer una discusión con el salario, pero otra cosa muy distinta es ponerle adjetivo al mismo. Si decimos salario ético, creo que estamos jugando con todos, desde el par de palabras, hasta a quienes afecta, así como también a cada uno de los que cree esa tontera. Creo sinceramente que el sueldo que se entrega como mínimo (recién aumentado), si pudiéramos usar los mismos términos, es ético, dadas las millones de condiciones que regulan el mercado. Obviamente el empleador siempre se queda con lo que se llama la plusvalía, pero de todos modos las regulaciones actuales (hablando de mercados competitivos, no monopolios ni oligopolios (ni perfectamente competitivos, por lo demás)) permiten que el empleado tenga muchos más incentivos que antes para hacer la pega, así como recompensas para quien la haga mejor (ahora veo que me sirvió la ayudantía de economía. Fui un alumno más...). Entonces, más que subir la plata de manera exponencial, me parece mucho mejor una regulación que busque que se cumpla todo eso, tanto para proteger al empleador como al empleado.

[Es muy fácil que alguien con un poco de influencia diga "yo quiero salarios más justos para todo el mundo" y se pase por el trasero el esfuerzo empírico que trata de realizar el gobierno para aumentar el salario mínimo (ahora me puse la camiseta de la Concerta! (no, nica, lo veo como gobierno, sea éste el que fuere)), sólo para seguir llamando la atención en la opinión pública. Es casi como la modelo que en el concurso dice "yo quiero la paz mundial". Supongamos que esa modelo llega algún día a ser un actor político relevante (día en que yo me iría del país, obviamente) y programa a todas sus amigas modelos, para que nos digan "busquemos la paz mundial, ganas nos sobran, ciencia nos falta (lo último está más bien implícito en el discurso)". Sin duda alguna creo que vamos (el eterno asunto de las generalizaciones y mi persona) a caer en el juego, porque claro, si ellas llegaron tan lejos en cada uno de nuestros corazones, es obvio que están bien. Creámosle a las modelos y busquemos la paz mundial, usando como papel confort los esfuerzos de cooperación que realizan los organismos internacionales para lograr efectivamente eso.]

Mientras hablaba con mi prima sobre esto, me puse a pensar que si lo vemos desde un verdadero punto de vista ético, lo que está haciendo la Iglesia es bastante poco ético, de hecho, es hasta condenable: el acuñar un término que busca poner en jaque la determinación (o el establecimiento) del sueldo de los trabajadores mediante un discurso basado (supuestamente) en la moral, pero que a la vez no cuenta con casi ningún sustento empírico (que alguien me diga, ¿qué es un sueldo ético?), sólo para continuar siendo actor relevante en la política nacional, me parece muy, pero muy feo. Por eso, si efectivamente votara en mi propia encuesta, votaría por la b). Gracias.

Lo bueno es que fui muy breve. Me voy, voten a conciencia (como si ahora pudieran, muajajaj, aunque no pueden decir que no les advertí) y nos veremos por ahí, en la realidad o en la virtualidad.
Chau!

PD: Sobre lo mismo: horrible la película de Héroes sobre Portales. Lo hicieron ver como un desalmado que hizo todo lo que hizo por venganza hacia Dios, y no porque fuera un hombre de Estado que pensaba más allá de su tiempo y creía que lo que estaba llamado a hacer perduraría. Bien teocéntrica la película, cuando no tenía por qué serlo.