Hola nuevamente. Obligado a seguir el ritmo de la coyuntura, me veo casi sin tiempo para dejarme estar. Es por esto que vuelvo a escribir acá, en la segunda parte de juguito de pelota, sólo para comentar el gran contraste que se ve entre las selecciones adulta y sub-20, en estos días de campeonatos de fútbol.
Resulta casi anecdótico ver a dos selecciones tan distintas, una muy aplicada tanto en su comportamiento general así como también en su planteamiento dentro de una cancha de juego; y la otra sin una dirección clara, improvisando partido tras partido, además de poseer un comportamiento vergonzoso fuera de la cancha. Esto llama la atención ya que estamos hablando de selecciones de un mismo país, respaldadas por las mismas instituciones (ANFP, SIFUP, etc.) y bueno, con el mismo tipo de gente.
La lógica indica que los mayores serían los más centrados, sin embargo, en este caso estamos hablando de la selección adulta como la desequilibrada y la selección sub-20 (también conocida como ROJAZA) como el grupo que da el ejemplo. Esto no se da porque sí, yo considero que hay ciertos factores que condicionan a ambos grupos y que los hacen comportarse en la manera que lo hacen.
La primera selección, la sub-20, es realmente un ejemplo estos días. Jugadores que se preocupan de jugar a la pelota, que son buenos haciéndolo y que probaron ser excelentes en el trabajo en equipo, están siendo amados por todo un país. Por otro lado, tenemos al grupo adulto, un grupo que no tiene como prioridad jugar a la pelota, sino más bien se preocupa de lo que la gente tiene que decir de ellos. Una consecuencia de esto mismo es que ahora la gente los desprecia. Como mencioné antes, esto no se da porque sí, sino debido a ciertos factores, que mencionaré ahora (en ningún orden particular).
El primer factor es la prensa y el papel que cumple al inflar a gente que, cuando se ve en esa situación, no sabe qué hacer. El segundo es la persona visible que está a cargo del grupo, en este caso los directores técnicos, que si no muestran capacidad de liderazgo, perderán el control del grupo. El tercero es la evidente sobrevaloración que se les da a los jugadores de fútbol en nuestro país, debido al mismo gran ejercicio de subirnos al carro de aquellos quienes tienen buenos momentos (para más de esto, pero en profundidad, ver el tema Chile, país de poetas), así como también la importancia que se le da al fútbol como el deporte nacional, cuando no tiene por qué serlo.
No quiero ahondar mucho en cada uno de los factores, ya que la farándula es un tema que me enerva, y sobre subirse al carro ya hablé. Lo que me quedaría es hablar de cada uno de los técnicos, cosa que haré luego. En lo que respecta al primer factor, creo que la correlación que se da entre exposición en programas de farándula de la vida de los jugadores y el éxito en las canchas es estadísticamente significativa para mencionarla. A mayor exposición a programas sin contenido es menor el éxito que tendrá un jugador en una cancha de fútbol. Ahora, esto claramente se ve agudizado con el nivel educacional que tenga el jugador, ya que supongamos que si llega a sexto básico (como Mauricio Pinilla), la exposición a las luces lo dejará más tontito (como a Mauricio Pinilla), probablemente tome malas decisiones (como Mauricio Pinilla), crea que por jugar en períodos de 6 meses en equipos relativamente medianos de Europa ha conquistado el mundo (como Mauricio Pinilla), vuelva al equipo que lo vio nacer, haga un gol (DE PENAL) y lo celebre haciendo callar al mundo entero (como Mauricio Pinilla) y termine olvidado y retirado a una edad temprana... (qué lata para los de la U que sea de la U, pero así es la cosa) Estos chicos están todavía muy poco expuestos a lo que tengan que decir, pero tengo un miedo a que ocurra lo mismo. El llegar a Chile será muy difícil, ya que las tentaciones serán muchas.
La capacidad que posea (o no) la cabeza del grupo para controlarlos también es crucial para que el grupo se vuelva (o no) loco. Yo recuerdo a mi profesora de inglés en algunos cursos de la media, Miss Pussy, que perdía el control del curso ya que era muy buena gente con personas con la que no había que serlo. Así mismo, quien controla un grupo de personas debe mostrar conocimiento, seguridad y predicar con el ejemplo. No conozco mucho el trabajo de ambos técnicos, pero se nota la diferencia inmediatamente cuando José Sulantay se enoja porque dos chicos llegan cinco minutos tarde a una práctica, mientras Nelson Acosta permite que sus dirigidos salgan a carretear hasta las 3 de la mañana, cuando dos días después tienen un partido. Es la disciplina inducida a cada uno de los miembros la que termina pesando. Se nota cuando un grupo está concentrado en hacer las cosas bien cuando reflejan un excelente juego colectivo y cuando gana partidos. Se nota cuando un grupo está distraido y pidiendo a gritos ser aleccionado cuando se tira el jamón a la cara y rompe sillas con cuchillos. Y ah, claro, pierde partidos.
Hasta Vagner Love hizo un gol... nada más que decir.
La necesidad de tener ídolos en algo hace que sobrevaloremos a la persona del futbolista, dejándolo como un gran guerrero que defiende a nuestro país frente a las intentonas extranjeras de meter la pelota en nuestras redes. Estos guerreros entonces se comportan como chiquillos malcriados cuando tienen la oportunidad. Está en nosotros el éxito o el fracaso de estos grupos, que a la larga son grupos que son alimentados por cada uno de nosotros. Me cuesta creer que no nos demos cuenta: lo que les damos a ellos luego lo recibimos, y más encima tenemos el descaro de enojarnos y culparlos por todos estos fracasos. Es una ley que reza que cada uno tiene lo que se merece, por tanto, cómo podemos esperar mucho más, si al primer futbolista exitoso que pisa el palito, lo asociamos con modelos y la vida bohemia, lo tratamos de mijito rico, y lo sintonizamos en primer plano, lo leemos en LUN y/o todas esas mierdas.
Claro, nunca está de más mencionar también que (como en todo) siempre hay excepciones, jugadores que escapan a ese molde, y son bastantes. Lamentablemente están siendo arrastrados por ese grupo podrido y pagan los platos rotos tanto o más que sus amigos populares. Pero no hay que preocuparse, porque la fuerza individual los hará destacar por lo que realmente son buenos y finalmente veremos de qué están hechos (hablando de esto, un saludo al Mati Fernández. Que se le pase lo que lo tiene apagado y que muestre lo que el trabajo y la práctica le dio). Si al final siempre se reconoce lo que realmente importa. Eso sí, nunca falta el programa que luego rescata las pobres vidas de los ancianos futbolistas que se lo gastaron todo cuando fueron ricos, y ahora ponen cara triste para recibir caridad. Pobres.
En fin, eso es todo. Espero irme de Santiago unos días (aunque como van las cosas, será solo, sin un destino claro y nada más que con una mochila y plata) porque necesito despejarme. Espero no morir en el intento. Que estén bien. Chau.
PD: El resultado de la sub-20 en las semifinales no debería ser sobre-analizado (si es que existe esa palabra). Los chicos perdieron bien el partido (si se acepta una frase como esa en vez de: los argentinos ganaron bien el partido). Que el juez se haya comprado todos los bailes del rival es culpa de todos, de la FIFA, incluso nuestra, pero de ninguna manera influyó en que Argentina esté en la final y Chile dispute el tercer lugar. La simulación es una tonta arma que todos usamos (esto de las generalizaciones ya me tiene harto), sobre todo los países Latinoamericanos, para ganarnos el cariño del árbitro. No nos debe molestar que ahora no nos haya tocado a nosotros, frente a eso sólo tocaba ser inteligentes y maduros, pero no lo fuimos. Eso no quita que de todos modos se presente una queja formal en contra del árbitro Wolfgang Stark, para que este tipo de cosas no vuelva a ocurrir. Es una pena que siempre tengamos atados con los árbitros. Quizás el resultado final fue inflado, pero no quita que estaríamos en la misma posición. Ahora a salir terceros no más.
PD2: Lo que pasó con la policía canadiense es otra cosa. Pensaba que era debido a que los mismos jugadores no habían enfriado el ánimo, pero se debió a una confusión tonta y a una reacción policíaca un poco extremista. Pero todo se solucionará. No lo llamo algo contra los chilenos, sino que quizás un miedo exagerado por parte de los canadienses a que las cosas salgan bien. Yo también le bajaría el perfil, tal como lo hizo Joseph Blatter: es una equivocación donde se encontrarán responsables, y punto.
PD3: Ya quiero ver cómo terminan los chiquillos más destacados de este equipo, como Christopher Toselli, Nicolás Larrondo, Cristián Suárez, Mauricio Isla, Hans Martínez, Gary Medel, Carlos Carmona, y un chico que me llamó la atención, Gerardo Cortés. Si no se los comen los factores, estaremos con un futuro bastante decente en el fútbol nacional.
"¡¡¡No te llamas Grondona, TE LLAMAS GOLDONA!!!" -- El wea de Carcuro.
PD4: No me gusta Sulantay en la banca adulta. El hecho que ahora le haya ido bien no demuestra que es el salvador del fútbol. Hay más gente para la pega.
PD5: Me gusta la pelota del campeonato.
Resulta casi anecdótico ver a dos selecciones tan distintas, una muy aplicada tanto en su comportamiento general así como también en su planteamiento dentro de una cancha de juego; y la otra sin una dirección clara, improvisando partido tras partido, además de poseer un comportamiento vergonzoso fuera de la cancha. Esto llama la atención ya que estamos hablando de selecciones de un mismo país, respaldadas por las mismas instituciones (ANFP, SIFUP, etc.) y bueno, con el mismo tipo de gente.
La lógica indica que los mayores serían los más centrados, sin embargo, en este caso estamos hablando de la selección adulta como la desequilibrada y la selección sub-20 (también conocida como ROJAZA) como el grupo que da el ejemplo. Esto no se da porque sí, yo considero que hay ciertos factores que condicionan a ambos grupos y que los hacen comportarse en la manera que lo hacen.
La primera selección, la sub-20, es realmente un ejemplo estos días. Jugadores que se preocupan de jugar a la pelota, que son buenos haciéndolo y que probaron ser excelentes en el trabajo en equipo, están siendo amados por todo un país. Por otro lado, tenemos al grupo adulto, un grupo que no tiene como prioridad jugar a la pelota, sino más bien se preocupa de lo que la gente tiene que decir de ellos. Una consecuencia de esto mismo es que ahora la gente los desprecia. Como mencioné antes, esto no se da porque sí, sino debido a ciertos factores, que mencionaré ahora (en ningún orden particular).
El primer factor es la prensa y el papel que cumple al inflar a gente que, cuando se ve en esa situación, no sabe qué hacer. El segundo es la persona visible que está a cargo del grupo, en este caso los directores técnicos, que si no muestran capacidad de liderazgo, perderán el control del grupo. El tercero es la evidente sobrevaloración que se les da a los jugadores de fútbol en nuestro país, debido al mismo gran ejercicio de subirnos al carro de aquellos quienes tienen buenos momentos (para más de esto, pero en profundidad, ver el tema Chile, país de poetas), así como también la importancia que se le da al fútbol como el deporte nacional, cuando no tiene por qué serlo.
No quiero ahondar mucho en cada uno de los factores, ya que la farándula es un tema que me enerva, y sobre subirse al carro ya hablé. Lo que me quedaría es hablar de cada uno de los técnicos, cosa que haré luego. En lo que respecta al primer factor, creo que la correlación que se da entre exposición en programas de farándula de la vida de los jugadores y el éxito en las canchas es estadísticamente significativa para mencionarla. A mayor exposición a programas sin contenido es menor el éxito que tendrá un jugador en una cancha de fútbol. Ahora, esto claramente se ve agudizado con el nivel educacional que tenga el jugador, ya que supongamos que si llega a sexto básico (como Mauricio Pinilla), la exposición a las luces lo dejará más tontito (como a Mauricio Pinilla), probablemente tome malas decisiones (como Mauricio Pinilla), crea que por jugar en períodos de 6 meses en equipos relativamente medianos de Europa ha conquistado el mundo (como Mauricio Pinilla), vuelva al equipo que lo vio nacer, haga un gol (DE PENAL) y lo celebre haciendo callar al mundo entero (como Mauricio Pinilla) y termine olvidado y retirado a una edad temprana... (qué lata para los de la U que sea de la U, pero así es la cosa) Estos chicos están todavía muy poco expuestos a lo que tengan que decir, pero tengo un miedo a que ocurra lo mismo. El llegar a Chile será muy difícil, ya que las tentaciones serán muchas.
La capacidad que posea (o no) la cabeza del grupo para controlarlos también es crucial para que el grupo se vuelva (o no) loco. Yo recuerdo a mi profesora de inglés en algunos cursos de la media, Miss Pussy, que perdía el control del curso ya que era muy buena gente con personas con la que no había que serlo. Así mismo, quien controla un grupo de personas debe mostrar conocimiento, seguridad y predicar con el ejemplo. No conozco mucho el trabajo de ambos técnicos, pero se nota la diferencia inmediatamente cuando José Sulantay se enoja porque dos chicos llegan cinco minutos tarde a una práctica, mientras Nelson Acosta permite que sus dirigidos salgan a carretear hasta las 3 de la mañana, cuando dos días después tienen un partido. Es la disciplina inducida a cada uno de los miembros la que termina pesando. Se nota cuando un grupo está concentrado en hacer las cosas bien cuando reflejan un excelente juego colectivo y cuando gana partidos. Se nota cuando un grupo está distraido y pidiendo a gritos ser aleccionado cuando se tira el jamón a la cara y rompe sillas con cuchillos. Y ah, claro, pierde partidos.
Hasta Vagner Love hizo un gol... nada más que decir.
La necesidad de tener ídolos en algo hace que sobrevaloremos a la persona del futbolista, dejándolo como un gran guerrero que defiende a nuestro país frente a las intentonas extranjeras de meter la pelota en nuestras redes. Estos guerreros entonces se comportan como chiquillos malcriados cuando tienen la oportunidad. Está en nosotros el éxito o el fracaso de estos grupos, que a la larga son grupos que son alimentados por cada uno de nosotros. Me cuesta creer que no nos demos cuenta: lo que les damos a ellos luego lo recibimos, y más encima tenemos el descaro de enojarnos y culparlos por todos estos fracasos. Es una ley que reza que cada uno tiene lo que se merece, por tanto, cómo podemos esperar mucho más, si al primer futbolista exitoso que pisa el palito, lo asociamos con modelos y la vida bohemia, lo tratamos de mijito rico, y lo sintonizamos en primer plano, lo leemos en LUN y/o todas esas mierdas.
Claro, nunca está de más mencionar también que (como en todo) siempre hay excepciones, jugadores que escapan a ese molde, y son bastantes. Lamentablemente están siendo arrastrados por ese grupo podrido y pagan los platos rotos tanto o más que sus amigos populares. Pero no hay que preocuparse, porque la fuerza individual los hará destacar por lo que realmente son buenos y finalmente veremos de qué están hechos (hablando de esto, un saludo al Mati Fernández. Que se le pase lo que lo tiene apagado y que muestre lo que el trabajo y la práctica le dio). Si al final siempre se reconoce lo que realmente importa. Eso sí, nunca falta el programa que luego rescata las pobres vidas de los ancianos futbolistas que se lo gastaron todo cuando fueron ricos, y ahora ponen cara triste para recibir caridad. Pobres.
En fin, eso es todo. Espero irme de Santiago unos días (aunque como van las cosas, será solo, sin un destino claro y nada más que con una mochila y plata) porque necesito despejarme. Espero no morir en el intento. Que estén bien. Chau.
PD: El resultado de la sub-20 en las semifinales no debería ser sobre-analizado (si es que existe esa palabra). Los chicos perdieron bien el partido (si se acepta una frase como esa en vez de: los argentinos ganaron bien el partido). Que el juez se haya comprado todos los bailes del rival es culpa de todos, de la FIFA, incluso nuestra, pero de ninguna manera influyó en que Argentina esté en la final y Chile dispute el tercer lugar. La simulación es una tonta arma que todos usamos (esto de las generalizaciones ya me tiene harto), sobre todo los países Latinoamericanos, para ganarnos el cariño del árbitro. No nos debe molestar que ahora no nos haya tocado a nosotros, frente a eso sólo tocaba ser inteligentes y maduros, pero no lo fuimos. Eso no quita que de todos modos se presente una queja formal en contra del árbitro Wolfgang Stark, para que este tipo de cosas no vuelva a ocurrir. Es una pena que siempre tengamos atados con los árbitros. Quizás el resultado final fue inflado, pero no quita que estaríamos en la misma posición. Ahora a salir terceros no más.
PD2: Lo que pasó con la policía canadiense es otra cosa. Pensaba que era debido a que los mismos jugadores no habían enfriado el ánimo, pero se debió a una confusión tonta y a una reacción policíaca un poco extremista. Pero todo se solucionará. No lo llamo algo contra los chilenos, sino que quizás un miedo exagerado por parte de los canadienses a que las cosas salgan bien. Yo también le bajaría el perfil, tal como lo hizo Joseph Blatter: es una equivocación donde se encontrarán responsables, y punto.
PD3: Ya quiero ver cómo terminan los chiquillos más destacados de este equipo, como Christopher Toselli, Nicolás Larrondo, Cristián Suárez, Mauricio Isla, Hans Martínez, Gary Medel, Carlos Carmona, y un chico que me llamó la atención, Gerardo Cortés. Si no se los comen los factores, estaremos con un futuro bastante decente en el fútbol nacional.
"¡¡¡No te llamas Grondona, TE LLAMAS GOLDONA!!!" -- El wea de Carcuro.
PD4: No me gusta Sulantay en la banca adulta. El hecho que ahora le haya ido bien no demuestra que es el salvador del fútbol. Hay más gente para la pega.
PD5: Me gusta la pelota del campeonato.