sábado, 12 de julio de 2014

A la FIFA! (parte 2)

"Somos FIFA: ¿para qué hacer algo bien si podemos hacerlo como las weas?" -- Jérôme Valcke, posiblemente.
Estoy de vuelta antes de lo esperado. La verdad, el tema me gustó más de lo que esperaba, y necesitaba escribir al respecto. Eso sí, no quiero hablar de la pena que siento al irme quedando poco a poco sin fútbol de selecciones. ¡Y pensar que son cuatro años más! Pero lo bueno es que ya pronto se viene la Premier League, donde Eden Hazard sí se aparece a jugar los partidos. Y además, Alexis Sánchez fichó por el Arsenal, así que ahí hay otra tremenda atracción. Está difícil ser fan de Chelsea ahora, teniendo al ingeniero en el Manchester City, a Alexis en el Arsenal y viendo cómo juega Liverpool, quienes merecían ganar el campeonato la temporada pasada. Lo que sí está claro es que el United me sigue dando lo mismo.

Esta segunda parte abarca el sorteo del mundial, y cómo se pudo haber hecho uno más transparente con exactamente los mismos recursos, tratando de evitar controversias y teorías de la conspiración como ésta (no podían usar una tarima transparente, ¿verdad FIFA? ¡ayúdense ustedes mismos!). Esta revisión es también una invitación a futuro para pensar el campeonato entero, y qué otras cosas más se podrían mejorar. Por ejemplo, no se me había cruzado por la mente ampliar la convocatoria a más selecciones, pero para una propuesta de esto (y que casualmente incluye la proposición del sistema de los mejores contra los peores en la segunda fase, tal como lo hizo este servidor) vea esto.

El sorteo es el trámite que se realiza para determinar la posición de los 32 equipos en los ocho grupos que disputan el mundial. La ubicación de cada uno de estos equipos, a su vez, es contingente a su ubicación en uno de cuatro "bombos", donde el primer bombo (no confundir con este bombo) incluye a los "cabezas de serie", que en este caso fueron el anfitrión y los siete equipos mejor posicionados en la clasificación FIFA de Octubre de 2013. El resto de los bombos son llenados siguiendo un criterio geográfico, por lo que uno de ellos está lleno de equipos europeos (que alcanzan a llenar uno por sí mismos), y los otros son llenados por el resto de los equipos de acuerdo a la cantidad de equipos que clasificaron por confederación.

¿Pocillos, peceras? Me conformé con tomar prestado su nombre en español neutro: bombos.
En base a lo anterior, para esta copa del mundo, los bombos quedaron así:

Bombo A
Bombo B
Bombo C
Bombo D
Brasil
Argelia
Australia
Bosnia-Herzegovina
España
Camerún
Corea del Sur
Croacia
Alemania
Chile
Costa Rica
Inglaterra
Argentina
Costa de Marfil
Estados Unidos
Francia
Colombia
Ecuador
Honduras
Grecia
Bélgica
Ghana
Irán
Holanda
Uruguay
Nigeria
Japón
Portugal
Suiza
Italia (del bombo 4)
México
Rusia

Si después de ver esa lista, a nadie (del conjunto de personas quienes estaban interesadas en cómo se formaron los grupos, claro) le llama la atención que el bombo A incluyera a países como Suiza y Bélgica, en un mundo donde existen Portugal, Holanda, Italia y hasta Chile, pues hay algo raro con el mundo. La razón para esto está en la elección de un solo ranking, en un solo momento del tiempo, para decidir las siete mejores selecciones del mundo (ya que Brasil siempre tuvo el A1 en el bolsillo). Luego de un análisis mínimo, uno ve que la variación en las selecciones que se pelearon los primeros siete puestos en los cinco rankings desde Junio a Octubre de 2013 (para ampliar la muestra, algo bien básico) es sorprendentemente alta. Italia, Holanda y Portugal aparecen en tres de esos cinco meses, mientras que Bélgica y Uruguay aparecen sólo dos veces, y Suiza sólo una. Aun así, estas tres selecciones terminan siendo cabezas de serie de la competencia más importante del fútbol, celebrada cada cuatro años, y las otras (que fueron consistentemente mejores en el mismo periodo de tiempo) se la tienen que comer. Si queremos ponernos Fox Mulder para nuestras cosas, pasa que Sepp Blatter es suizo. Lo único que puedo decir aquí es: si por eso Suiza terminó siendo cabeza de serie, se me cayó feo la FIFA (aunque hay cosas peores).

La razón principal para armar los tres bombos restantes es por "separación geográfica", permitiendo así la creación de grupos más balanceados al designar aleatoriamente un integrante de cada bombo a cada grupo. Para armar los ocho grupos se sigue un orden alfabético (A-H), pero se permite el salto de alguno cuando existe el peligro de violar la premisa de más de un equipo de una confederación en un grupo, o más de dos europeos en alguno de ellos. Si bien la separación geográfica es medianamente importante, estoy en completo desacuerdo con armar los tres bombos restantes con esa condición en mente. No puede ser que no haya absolutamente ninguna consideración al ranking, guía absoluta del primer bombo. Esta mezcla de dos criterios para crear los bombos de parte de FIFA hace más ruido del necesario, y finalmente hace que la importancia del ranking sea mínima, excepto para las primeras siete selecciones. Es importante no jugar con el criterio de formación de los grupos, porque terminar en uno u otro puede tener repercusiones muy grandes para algunos equipos (si no, pregunten a cualquier chileno, a algún estadounidense o a ningún argentino).

Y como esto es FIFA, por supuesto que esta forma de hacer las cosas ha dado lugar a algunos problemas, como por ejemplo el llamado "potgate". Resumiendo la historia: se había determinado de antemano que la peor selección europea de acuerdo a la clasificación sería movida del bombo D al bombo B, siguiendo un criterio ya usado en 2006, cuando la selección resultó ser la de Serbia y Montenegro. En este mundial, la peor selección europea era la francesa, pero el día anterior al sorteo la decisión cambió de Francia, a un país seleccionado al azar. Casualmente, Francia es el país de origen tanto del presidente de UEFA (Michel Platini) como del secretario general de FIFA (Jérôme Valcke). Así, la selección movida finalmente resultó ser la italiana, que terminó en uno de los grupos más difíciles, junto a Inglaterra, Uruguay y la cenicienta del torneo, Costa Rica. Juzguen ustedes.

Otro problema que quiero mencionar es aquel que aparece con el cupo A1. No creo que el organizador necesariamente tenga que estar en el primer bombo todo el tiempo. Para el mundial de 2006 no había problema con eso, porque Alemania estaba posicionada dentro de las 8 mejores selecciones del mundo, pero para Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018 y aun más (mucho, mucho, MUCHO más) para Qatar 2022, esa diferencia ha sido/será importante. Si hay algo que puedo anticipar (aparte de que menos de la mitad de la gente que partió leyendo este artículo efectivamente lo terminará), es que Qatar será probablemente la peor selección en la clasificación FIFA en el sorteo de 2022, y en un sorteo con los criterios de hoy, que un cabeza de serie esté peor posicionado que todos los otros equipos que clasificaron es injusto. Si a Qatar le corresponde estar en el cuarto bombo, puede ser igualmente el país elegido primero, pero por ser una selección inferior, es justo que le corresponda enfrentarse a un equipo que está entre los ocho mejores (que nominalmente tendría el cupo A2, pero que en la práctica no altera absolutamente nada).

Antes de continuar para mostrarles mi potencial solución a estos problemas, quiero hacer una pausa para hablar de la clasificación FIFA, que después de todo es un factor importante en lo referente al sorteo. ¿Qué es esto del ranking FIFA? Básicamente, es una ponderación del desempeño de una selección, de acuerdo a cuatro factores. El primero es el resultado del partido; el segundo es su importancia (que pasa por cuatro niveles, desde amistoso a partido de mundial); el tercero es el nivel del rival; y el último es el nivel de la confederación del rival. La fórmula que muestra el documento oficial es P=M x I x T x C. Así, los equipos van sumando puntos en un periodo general de cuatro años, de acuerdo al número de partidos que empatan o ganan (ya que si pierden se multiplica por 0), y ponderado por cada uno de estos factores. Dentro de estos cuatro años, cada año también tiene un peso específico, ya que los puntos de los últimos doce meses son contados en su totalidad, pero los puntos obtenidos hace más tiempo sufren una depreciación que varía anualmente hasta llegar a 100% (de depreciación, lo que significa un valor de 0 independiente de la cantidad de puntos conseguidos) para partidos de más de cuatro años.

Honestamente, no estuve tanto tiempo analizando el ranking, así que sólo haré un par de observaciones. En primer lugar, el ranking nunca resta puntos, a pesar de alguna notoria involución (como la de España en este último mes). Lo peor que puede pasar es no sumar. Esto me lleva al segundo punto, que se relaciona con la perpetuación de un grupo de selecciones en la cúspide, creando y manteniendo una elite por más tiempo del necesario. Selecciones sin capacidad de jugar tantos partidos al año también reciben menos puntos, alimentando un ciclo vicioso en virtud de las selecciones con más recursos, las que no necesariamente tienen el mejor talento todo el tiempo. Además, selecciones competitivas que juegan entre ellas todo el tiempo pueden sumar más puntos que selecciones inferiores que no pueden acceder a jugar con selecciones de clase mundial, y no suman la misma cantidad de puntos debido a que la ponderación incluye el nivel del rival.

Para ejemplificar este punto, supongamos que podemos borrar todo el sistema de rankings para diez selecciones elegidas al azar. Si empezamos a contar puntos de cero para estos equipos bajo el mismo sistema imperante, se puede observar que éstos vuelven donde estaban antes rápidamente, después de un par de iteraciones, aunque a veces no todas las selecciones merezcan su actual sitio. Tomemos esta lista:

- Senegal
- Serbia
- Paraguay
- Holanda
- Ghana
- Nueva Zelandia
- China
- Colombia
- Suecia
- Australia

Consideremos que la gran meta para estas selecciones es llegar al mundial, pero que el primer paso es organizar algún amistoso. Pensemos que el rival que estas diez selecciones tienen en mente es España (con quien puedes ganar más puntos si los vences), y que no hay ningún problema de agenda ni de coordinación para armar una pichanga, y el equipo visitante siempre es el español. Lo que sigue habiendo son incentivos para aceptar o declinar la invitación por parte de los ibéricos. Digamos que a la primera, España acepta los diez amistosos y parte a jugar con todos. En los partidos contra Senegal, Nueva Zelandia, China y Australia se pasean, goleando al rival. Sin embargo, todos los otros partidos los perdieron, por lo que las selecciones ganadoras sumaron puntos. Para la segunda fecha FIFA (que es cuando se juegan los amistosos), España recibió las mismas diez invitaciones, pero esta vez se saltó las cuatro selecciones de peor nivel, y cortaron a Ghana, Paraguay y Colombia por temas geográficos (viajes largos, jetlag, menos tiempo para practicar), así que sólo jugaron con Suecia, Serbia y Holanda*.

*Hablar de Holanda es sólo una excusa para mostrar a la niña de la izquierda (mucho mejor que la belga contratada y despedida en un pestañeo) que pillé en la semi. Debe andar triste. Qué ganas de consolarla.
Ya podemos observar que las selecciones que ganaron a la primera tienen muchos más puntos que las otras cuatro selecciones. Esto hace sentido en primera instancia, ya que las selecciones ganadoras son efectivamente mejores que las cuatro peores de esta selección aleatoria. Pero las selecciones del medio tuvieron que conformarse con jugar con otros rivales, y por razones que no tienen que ver necesariamente con talento. Así, una selección capaz de ganarle a España se conformó con ganarle a Egipto, sumando los puntos correspondientes, pero por esto mismo quedando debajo de Suecia, que recibió más puntos sólo por cercanía geográfica a España. Esto último, a su vez, me lleva a otro punto, relacionado con las potenciales diferencias que pueden existir en ranking y acceso al mundial dependiendo de la ubicación geográfica del país. Esto hace que recibir puntos por partidos de copa del mundo también sea debatible. Entiendo la existencia del mecanismo, pero si el acceso al mundial es diferente, e incluso más difícil para algunas selecciones que para otras, entonces hay un problema.

Está claro que no todos los países tienen el mismo camino al mundial. Se puede dar el caso en que, de dos selecciones con niveles muy similares, una quede fuera simplemente por pertenecer a una confederación distinta. Lo que yo me pregunté durante todo el mundial es cuál selección hubiese hecho un mejor papel, si Camerún o Venezuela. Lo que es seguro es que la vinotinto no estaría involucrada en un aparente arreglo de partidos. Aunque, siendo justos, la ausencia de los leones indomables (!) nos habría privado de esta maravilla. Esto, en todo caso, ya es parte de otra discusión que se vendrá en el futuro, que se centra en el sistema de clasificación a la copa del mundo, que (¡sorpresa!) también puede ser revisado con un poco más de detalle.

Terminando la pausa, volvemos a los bombos. A continuación les muestro los cuatro grupos ordenados simplemente por ranking (con Brasil siendo la excepción, por tener el cupo A1):

Bombo A
Bombo B
Bombo C
Bombo D
Brasil
Holanda
Costa de Marfil
Argelia
España
Italia
Croacia
Nigeria
Alemania
Inglaterra
Rusia
Honduras
Argentina
Chile
Francia
Japón
Colombia
Estados Unidos
Ecuador
Irán
Bélgica
Portugal
Ghana
Corea del Sur
Uruguay
Grecia
México
Australia
Suiza
Bosnia-Herzegovina
Costa Rica
Camerún

El sorteo que decidí hacer sigue la misma estructura del original (para un artículo en inglés que discute más bombos (algo perfectamente razonable) así como otras cosas interesantes, click aquí), pero separa a los equipos por su ranking FIFA. No quise mover a Brasil, a pesar que Holanda tenía mejor ranking y por lo tanto pudo haber sido cabeza de serie. Tampoco quise meter a Italia o Portugal y sacar a Bélgica y Suiza del bombo A. No quiero alterar demasiado las cosas sólo para demostrar mi premisa inicial de que con lo que ya hay, el proceso puede ser mucho más lógico, claro y transparente. Para armar los grupos seguí el mismo criterio de separación geográfica, pero nada más que eso, dejando todo el resto al azar. Así, aleatoriamente saqué los equipos bombo por bombo, desde el A hasta el D, para armar los grupos del A al H. Tuve que detenerme a observar cómo se iba dando la cosa y tuve que dar un paso atrás cuando llegué a un grupo que incluía dos sudamericanos, pero más allá de eso, no tuve mayores problemas. Sin modelos ni presidentes, el sorteo se realizó en mi cama (donde la modelo hubiese venido de perilla), arrojando los siguientes ocho grupos:

Grupo A
Grupo B
Grupo C
Grupo D
Brasil
Suiza
Alemania
España
Inglaterra
Holanda
Bosnia-Herzegovina
Estados Unidos
Ghana
México
Costa Rica
Ecuador
Australia
Camerún
Argelia
Nigeria
Grupo E
Grupo F
Grupo G
Grupo H
Bélgica
Argentina
Uruguay
Colombia
Chile
Italia
Portugal
Grecia
Francia
Rusia
Croacia
Costa de Marfil
Honduras
Japón
Irán
Corea del Sur

Tengo que decir que el azar pudo haber sido malo conmigo y pudo haberme dejado en un lugar sin retorno. Es posible que exista más de un ordenamiento que no resulte bajo estos bombos, dada la restricción imperante de separación geográfica. Si los equipos hubiesen estado en otro orden en la clasificación FIFA, quizá hubiese habido un cuello de botella dificil de solucionar. Pero una vez más, este ejercicio sólo demuestra que bajo los mismos parámetros, ocupando cosas que ya existen, el sorteo pudo haber sido realizado de otra manera, ahorrándose cuestionamientos de poca transparencia al hacerse ciegos a cualquier potencial intervención. Sin embargo, esto no descarta (y de hecho, es más una invitación para) que las organizaciones pertinentes se sienten a la mesa, mirando hacia adelante, y se replanteen algunos aspectos de la copa del mundo. Ojalá lleguemos a eso en el futuro.

Estos grupos se ven bien. Muy bien. Sería una real pena dejarlos así, sin permitir que abran sus alas y emprendan su vuelo. Sería lindo simular este mundial, ¿no? ¡Pues eso es lo que se viene en la próxima parte! Pero por problemas autoimpuestos de espacio (y también para dejarlos colgando, lo confieso) voy a escribir sobre esto otro día. Ahora sentémonos a disfrutar el final de este mundial, que tan bueno ha sido. Hasta la próxima.


PS: ¡Vamos Alemania!

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