Hola a todos. Sorprende el hecho de dedicar un tema a las vacaciones, dado que en realidad siempre me quejo de lo poco que salgo (lo que sigue siendo cierto) y que en realidad la primera palabra del título debería comenzar con una C. Sin embargo, la semana recién pasada tuve la suerte que me invitaran a Tongoy por unos días, cosa que sin duda aproveché, y ahora tengo un par de cositas para contar. Dividiré mi próximo relato en varias partes, probablemente tres o cuatro, y la ida constará de dos partes, porque en realidad este momento puede ser considerado como un capítulo en sí mismo, lleno de estupidez, risas, suspenso y más estupidez. Allá vamos.
Corría el domingo 3 de febrero de 2008. Yo trabajaba en lo que tenía que hacer, cuando de repente me llegó un mensaje de texto de mi primo. Estaba invitado a Tongoy, donde estaban unos tíos míos y sus hijos, y otra prima. Respondí de inmediato que sí ya que era la única oportunidad de salir que tendría, supuestamente febrero será un mes donde haré muchas cosas, pero de nuevo, es mi familia la que me dijo eso, así que hay que tomárselo con mesura. De todos modos ya encontré formas de no aburrirme en casa. Al otro día entonces me aventuré: salí de mi casa con el bolso en la espalda y mi mochila en la guata (donde llevaba un par de lecturas y mi cuaderno regalón, el de los Detroit Pistons (campeones de la conferencia del este este año, ya verán), ya que debía arreglar algunas cosas en el trabajo que estoy haciendo), dispuesto a irme a la cuarta región y pasarlo bien.
Estación Metro Tobalaba. Llamo a Tongoy para informar sobre la hora, disponibilidad de pasajes que internet me proveyó y que me iba yendo (oj). Me bajo en Estación Central y como es costumbre, me perdí. Pero nada que diez minutos caminando no arreglen. "Finalmente" llego al Terminal Alameda (donde me dijeron que fuera), pregunto en Tur-Bus y no hay pasajes. Me voy a Pullman Bus y me dicen que vaya al terminal San Borja (mi destino desde el primer momento). Así que vuelvo a la Estación Central y camino todo lo que hay que caminar para dentro del Paseo Estación para llegar allá. No conocía dicho terminal, y debo decir que es gigante (mejor dicho, será gigante) y me gustó mucho, porque creo que quedará re weno. Sin embargo (y desviándome un poco del tema) me asombra la estupidez de colocar el terminal de buses más grande de Latinoamérica (según ellos) en el centro, donde te demoras como 15 minutos más tanto salir como entrar de Santiago, además de contaminar de todas las maneras posibles. Pero en fin... líos con platas, mejor no meterse. Volviendo a mi historia, llego al San Borja, y en Pullman Bus tampoco tenían pasajes, hasta el otro día. Ojo con lo que sigue. Entonces le pedí para el 5. Le dije que me viera para Tongoy, y no había nada. Entonces le dije que me diera uno para Los Vilos. El connoisseur de la empresa entonces me preguntó si me servía, y yo le dije que sí, porque como se me dijo, Tongoy estaba antes que Los Vilos. Al no haber refutación, el pasaje fue vendido y la transacción fue hecha. Me devolví a mi casa tranquilo, ya que, si bien no me había ido ese día, me iría al otro día (uf).
Al otro día ocurrió lo mismo: el hombre equeco tomó sus cosas y partió, tranquilo, al terminal San Borja. El bus saldría a las 3 de la tarde. Llegué casi 20 minutos antes y me senté a esperar. Mientras esperaba me compré una coca-cola de medio litro (las recomiendo ya que salen heladísimas de la máquina, cosa que me encanta) y obviamente, me saqué las cosas de la espalda. En la espera vi una máquina de Tur-Bus que decía Tongoy, en ese momento pensé que probablemente debí de haber comprado boleto en ese bus. Pero permanecí imperturbable ya que me iría pronto (...). Y dieron las 3 y el bus no apareció. Se acabó la bebida, se fue el Tur-Bus y bueno, sólo cabía seguir esperando. La gente a mi lado también esperaba ese bus, así que permanecí en calma. Finalmente llegó el famoso bus y, como es debido, nos subimos. Al momento de pasar las maletas se me preguntó a dónde iba, y yo dije confiado "Tongoy". El segundo connoiseur me dijo algo como "entonces te dejamos en el cruce" y metió mi maleta dentro de la máquina. Salimos del terminal como a las 3:40 con destino a Los Vilos, y yo, obviamente, me iba a bajar antes, en el famoso cruce.
Ahora llegó el momento de hacer la pausa que algunos estaban esperando. Felicitaciones a quienes se dieron cuenta (excepto mi prima, a menos que lo haya sabido) del horroroso fallo geográfico que cometí tanto yo como el vendedor de Pullman Bus, así como también el encargado de las maletas del bus que tomé. Resulta que Los Vilos queda mucho más al sur que Tongoy, de hecho, es la comuna más al sur en la IV región, mientras que Tongoy queda bastante más arriba, en el tercio superior de la región (si se quiere), en la región de Coquimbo. ¿Por qué cometí tal error? Por confiado. Dos personas, cuyas identidades no revelaré, me dijeron con absoluta confianza que Tongoy estaba antes de Los Vilos. Yo creí de inmediato cuando la recomendación vino de una persona que va continuadas veces a esta última localidad. De todos modos, asumo parte de la culpa al no ser incrédulo, ya que nunca busqué en ningún mapa (y además, absolutamente nadie me dijo lo contrario) si esto era cierto. Así no más son las cosas.
Entonces estaba yo metido en ese bus que me dejaría casi a mitad de camino. Yo leía un texto sobre el ordenamiento partidario chileno en el siglo pasado y escuchaba música, tranquilo y enfocado en arreglar lo que me habían pedido del trabajo, cuando poco a poco me voy dando cuenta de mi error. Iba más de una hora de viaje cuando por alguna razón me di cuenta de un probable error en mi geografía. Más tarde hablé con el sabio asistente del bus (asombrado por su sabiduría me dieron ganas de conocerlo mejor) y asesorado por el conductor (quien era el único que sabía lo que estaba haciendo (menos mal)) me dijeron lo que siempre fue lo cierto: Tongoy está después (muy después) de Los Vilos. Tranquilo, como he estado todo este tiempo, recibí la noticia, que ya había sido preparada por mi hermana, quien me llamó luego que yo le mandé un mensaje de texto con la posibilidad de un error en los cálculos.
Llegamos a Los Vilos sin novedad, excepto del hecho que no sabía qué diantres hacer en una comuna que pisaba por primera vez en mi vida, y solo. Le pregunté al amigo qué podía hacer ahora, y demostró no ser tan terriblemente estúpido: me dijo que viera si habían pasajes en el terminal (wow, pero ahora viene lo realmente importante) y que si no me dirigiera a la Shell que estaba a la entrada de la ciudad, donde había la posibilidad que algún bus pasara y me llevara más cerca de mi destino final (uuuu). En el terminal pregunté (a un hombre muy parecido al niño que sale en la saga de Spy Kids, ese ruliento feo) y no habían pasajes hasta el otro día, con lo que me urgí un poco. Pero hice de tripas corazones y me animé a caminar en dirección a la Copec, ya que, de acuerdo a las indicaciones de Einstein, a la izquierda estaba la Shell. Con mi mp4 puesto caminé bajo el moderado calor de la cuarta región (que es lejos mejor que el de Santiago), dándome ánimo y diciéndome que todo saldría bien. Hasta Muse se puso con la causa: Follow through/make your dreams come true/don't give up the fight/you will be alright/'cause there's no one like you in the universe. Era imposible sentirse mal.
Así, caminando, llegué a la famosa Shell, luego de dudar un par de veces si es que había tomado el camino correcto. Una vez allí, crucé la calle y me uní a un grupo reducido de personas (digamos que eran 5). Rápidamente pregunté a una señora si estaba bien donde estaba: mi intención era tomar un bus que me llevara a Tongoy. "¿A dónde?", fue la respuesta. Repetí mi destino, y me dijeron que debía tomar un bus en dirección a La Serena, y bajarme antes (cuento repetido, pensé). La señora era bien simpática e incluso me ofreció la mitad de una empanada que se compró, la cual yo rechacé. Ella iba a, si no me equivoco, el sector llamado El Palmar, que no tengo idea donde queda (si es que existe).
Así pasaron los minutos. Mi tío llamaba constantemente (quizá demasiado), mientras pasaban buses para Illapel, Salamanca, Ovalle, pero ninguno hacia La Serena. La señora al parecer llevaba su mercadería para la casa, ya que iba muy cargada. De repente llegó un bus que decía Arica. De inmediato pensé "acá sí que estoy seguro, de más que Tongoy queda antes de Arica", y fui (luego que la señora arbitrariamente decidiera que las peticiones eran una ella y una yo (ella había partido con otro bus un rato atrás)). Me acerco al asistente y le digo "Caballero, ¿pasa por Tongoy?" Recibo como respuesta algo que no entendí y luego un "completo." Sólo atino a buscar confirmación: "¿sí, pasa?" Escucho con mucho esfuerzo un desinteresado "voy completo." Mis ganas de tomar un bus me tomaron el pelo y asumí que hacía alguna especie de recorrido completo, es decir, que pasaba por Tongoy y por todos los caminos del mundo en su ruta hacia Arica (en el momento sonaba mucho más lógico). Para volver a buscar confirmación (lo que prueba en parte cómo soy) pregunté nuevamente, y ahí el caballero se detuvo y me dijo "Amigo (por no decir "oye aweonao" (se lo agradezco)), ¡voy completo!" Ahí entendí a lo que se refería: el bus no tenía asientos. Obligados a seguir esperando. En cuanto a la señora, no pasó mucho tiempo hasta que afortunadamente encontró a un conocido en camioneta quien se llevó sus cosas, pero extrañamente no la llevó a ella, a pesar de tener una cabina trasera desocupada. Pocos minutos más tarde, un camión se detuvo y se la llevó. Se despidió de mí mientras yo seguía esperando, y además trabajaba en ese precioso quemado de camionero.
To be continued...
Corría el domingo 3 de febrero de 2008. Yo trabajaba en lo que tenía que hacer, cuando de repente me llegó un mensaje de texto de mi primo. Estaba invitado a Tongoy, donde estaban unos tíos míos y sus hijos, y otra prima. Respondí de inmediato que sí ya que era la única oportunidad de salir que tendría, supuestamente febrero será un mes donde haré muchas cosas, pero de nuevo, es mi familia la que me dijo eso, así que hay que tomárselo con mesura. De todos modos ya encontré formas de no aburrirme en casa. Al otro día entonces me aventuré: salí de mi casa con el bolso en la espalda y mi mochila en la guata (donde llevaba un par de lecturas y mi cuaderno regalón, el de los Detroit Pistons (campeones de la conferencia del este este año, ya verán), ya que debía arreglar algunas cosas en el trabajo que estoy haciendo), dispuesto a irme a la cuarta región y pasarlo bien.
Estación Metro Tobalaba. Llamo a Tongoy para informar sobre la hora, disponibilidad de pasajes que internet me proveyó y que me iba yendo (oj). Me bajo en Estación Central y como es costumbre, me perdí. Pero nada que diez minutos caminando no arreglen. "Finalmente" llego al Terminal Alameda (donde me dijeron que fuera), pregunto en Tur-Bus y no hay pasajes. Me voy a Pullman Bus y me dicen que vaya al terminal San Borja (mi destino desde el primer momento). Así que vuelvo a la Estación Central y camino todo lo que hay que caminar para dentro del Paseo Estación para llegar allá. No conocía dicho terminal, y debo decir que es gigante (mejor dicho, será gigante) y me gustó mucho, porque creo que quedará re weno. Sin embargo (y desviándome un poco del tema) me asombra la estupidez de colocar el terminal de buses más grande de Latinoamérica (según ellos) en el centro, donde te demoras como 15 minutos más tanto salir como entrar de Santiago, además de contaminar de todas las maneras posibles. Pero en fin... líos con platas, mejor no meterse. Volviendo a mi historia, llego al San Borja, y en Pullman Bus tampoco tenían pasajes, hasta el otro día. Ojo con lo que sigue. Entonces le pedí para el 5. Le dije que me viera para Tongoy, y no había nada. Entonces le dije que me diera uno para Los Vilos. El connoisseur de la empresa entonces me preguntó si me servía, y yo le dije que sí, porque como se me dijo, Tongoy estaba antes que Los Vilos. Al no haber refutación, el pasaje fue vendido y la transacción fue hecha. Me devolví a mi casa tranquilo, ya que, si bien no me había ido ese día, me iría al otro día (uf).
Al otro día ocurrió lo mismo: el hombre equeco tomó sus cosas y partió, tranquilo, al terminal San Borja. El bus saldría a las 3 de la tarde. Llegué casi 20 minutos antes y me senté a esperar. Mientras esperaba me compré una coca-cola de medio litro (las recomiendo ya que salen heladísimas de la máquina, cosa que me encanta) y obviamente, me saqué las cosas de la espalda. En la espera vi una máquina de Tur-Bus que decía Tongoy, en ese momento pensé que probablemente debí de haber comprado boleto en ese bus. Pero permanecí imperturbable ya que me iría pronto (...). Y dieron las 3 y el bus no apareció. Se acabó la bebida, se fue el Tur-Bus y bueno, sólo cabía seguir esperando. La gente a mi lado también esperaba ese bus, así que permanecí en calma. Finalmente llegó el famoso bus y, como es debido, nos subimos. Al momento de pasar las maletas se me preguntó a dónde iba, y yo dije confiado "Tongoy". El segundo connoiseur me dijo algo como "entonces te dejamos en el cruce" y metió mi maleta dentro de la máquina. Salimos del terminal como a las 3:40 con destino a Los Vilos, y yo, obviamente, me iba a bajar antes, en el famoso cruce.
Ahora llegó el momento de hacer la pausa que algunos estaban esperando. Felicitaciones a quienes se dieron cuenta (excepto mi prima, a menos que lo haya sabido) del horroroso fallo geográfico que cometí tanto yo como el vendedor de Pullman Bus, así como también el encargado de las maletas del bus que tomé. Resulta que Los Vilos queda mucho más al sur que Tongoy, de hecho, es la comuna más al sur en la IV región, mientras que Tongoy queda bastante más arriba, en el tercio superior de la región (si se quiere), en la región de Coquimbo. ¿Por qué cometí tal error? Por confiado. Dos personas, cuyas identidades no revelaré, me dijeron con absoluta confianza que Tongoy estaba antes de Los Vilos. Yo creí de inmediato cuando la recomendación vino de una persona que va continuadas veces a esta última localidad. De todos modos, asumo parte de la culpa al no ser incrédulo, ya que nunca busqué en ningún mapa (y además, absolutamente nadie me dijo lo contrario) si esto era cierto. Así no más son las cosas.
Entonces estaba yo metido en ese bus que me dejaría casi a mitad de camino. Yo leía un texto sobre el ordenamiento partidario chileno en el siglo pasado y escuchaba música, tranquilo y enfocado en arreglar lo que me habían pedido del trabajo, cuando poco a poco me voy dando cuenta de mi error. Iba más de una hora de viaje cuando por alguna razón me di cuenta de un probable error en mi geografía. Más tarde hablé con el sabio asistente del bus (asombrado por su sabiduría me dieron ganas de conocerlo mejor) y asesorado por el conductor (quien era el único que sabía lo que estaba haciendo (menos mal)) me dijeron lo que siempre fue lo cierto: Tongoy está después (muy después) de Los Vilos. Tranquilo, como he estado todo este tiempo, recibí la noticia, que ya había sido preparada por mi hermana, quien me llamó luego que yo le mandé un mensaje de texto con la posibilidad de un error en los cálculos.
Llegamos a Los Vilos sin novedad, excepto del hecho que no sabía qué diantres hacer en una comuna que pisaba por primera vez en mi vida, y solo. Le pregunté al amigo qué podía hacer ahora, y demostró no ser tan terriblemente estúpido: me dijo que viera si habían pasajes en el terminal (wow, pero ahora viene lo realmente importante) y que si no me dirigiera a la Shell que estaba a la entrada de la ciudad, donde había la posibilidad que algún bus pasara y me llevara más cerca de mi destino final (uuuu). En el terminal pregunté (a un hombre muy parecido al niño que sale en la saga de Spy Kids, ese ruliento feo) y no habían pasajes hasta el otro día, con lo que me urgí un poco. Pero hice de tripas corazones y me animé a caminar en dirección a la Copec, ya que, de acuerdo a las indicaciones de Einstein, a la izquierda estaba la Shell. Con mi mp4 puesto caminé bajo el moderado calor de la cuarta región (que es lejos mejor que el de Santiago), dándome ánimo y diciéndome que todo saldría bien. Hasta Muse se puso con la causa: Follow through/make your dreams come true/don't give up the fight/you will be alright/'cause there's no one like you in the universe. Era imposible sentirse mal.
Así, caminando, llegué a la famosa Shell, luego de dudar un par de veces si es que había tomado el camino correcto. Una vez allí, crucé la calle y me uní a un grupo reducido de personas (digamos que eran 5). Rápidamente pregunté a una señora si estaba bien donde estaba: mi intención era tomar un bus que me llevara a Tongoy. "¿A dónde?", fue la respuesta. Repetí mi destino, y me dijeron que debía tomar un bus en dirección a La Serena, y bajarme antes (cuento repetido, pensé). La señora era bien simpática e incluso me ofreció la mitad de una empanada que se compró, la cual yo rechacé. Ella iba a, si no me equivoco, el sector llamado El Palmar, que no tengo idea donde queda (si es que existe).
Así pasaron los minutos. Mi tío llamaba constantemente (quizá demasiado), mientras pasaban buses para Illapel, Salamanca, Ovalle, pero ninguno hacia La Serena. La señora al parecer llevaba su mercadería para la casa, ya que iba muy cargada. De repente llegó un bus que decía Arica. De inmediato pensé "acá sí que estoy seguro, de más que Tongoy queda antes de Arica", y fui (luego que la señora arbitrariamente decidiera que las peticiones eran una ella y una yo (ella había partido con otro bus un rato atrás)). Me acerco al asistente y le digo "Caballero, ¿pasa por Tongoy?" Recibo como respuesta algo que no entendí y luego un "completo." Sólo atino a buscar confirmación: "¿sí, pasa?" Escucho con mucho esfuerzo un desinteresado "voy completo." Mis ganas de tomar un bus me tomaron el pelo y asumí que hacía alguna especie de recorrido completo, es decir, que pasaba por Tongoy y por todos los caminos del mundo en su ruta hacia Arica (en el momento sonaba mucho más lógico). Para volver a buscar confirmación (lo que prueba en parte cómo soy) pregunté nuevamente, y ahí el caballero se detuvo y me dijo "Amigo (por no decir "oye aweonao" (se lo agradezco)), ¡voy completo!" Ahí entendí a lo que se refería: el bus no tenía asientos. Obligados a seguir esperando. En cuanto a la señora, no pasó mucho tiempo hasta que afortunadamente encontró a un conocido en camioneta quien se llevó sus cosas, pero extrañamente no la llevó a ella, a pesar de tener una cabina trasera desocupada. Pocos minutos más tarde, un camión se detuvo y se la llevó. Se despidió de mí mientras yo seguía esperando, y además trabajaba en ese precioso quemado de camionero.
To be continued...
3 comentarios:
JAJAJAJAJA XD
qué risa lo de "voy completo"... y sí, es verdad... mi papá te llamaba mucho... le decíamos que no lo hiciera tanto, pero insistía... es que de veras yo me urgí bastante cuando me dijiste "estoy botado en Los Vilos"... más encima pasaban las horas y no encontrabas bus... pero lo bueno es que, hasta donde vas en el relato, estabas bien de ánimo... si hasta Muse te daba esperanzas jaja
Sigue lueguito con el relato!
... TongoyLosVilos!!! jaja
saludos mi cauro vírtual!
ni se notó que te hacía falta cultura de bus.
dale luego que está entrete.
jajaja, ta buenisima la historia, saldo debieras hacer un libro
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